No tenía ganas de llamar a nadie para el Día del Amigo.
Extraña costumbre argentina, que no ha invadido el mundo como el tango o Halloween.
Tampoco tenía crédito en el telefono. Pocos minutos.
Menos ganas me daba que se corte la charla con mis amigos.
Recibí dos saludos.
Le gané a mi ""room-mate" por 2 a 0.
Por ella suena insistente el telefóno todos los días. Pero el 20-J gané yo.